Segons el dfpastor:
badomia f. Badomeria, idea disbaratada. [necedad, tontería, badomia]
Estranyament, hi ha diccionaris que encara (consulta: 09.01.2025) arrepleguen esta paraula només en plural, badomies, com ara el gdlc o el diec2.
L’ús en singular, encara que amb baixa freqüència d’ús, és conegut al País Valencià, tal com apareix (consulta: 16.02.2019, 09.01.2025) en el dcvb. Emili Casanova havia indicat fea temps («El valencià oral del segle xviii i el factor hivernacle del castellà», 1997) que la paraula és coneguda passivament al País Valencià. Joan Veny i Mar Massanell (Dialectologia catalana, 2015) consideren que badomia és un arcaisme conservat al País Valencià perquè és una «àrea lateral i tardana» d’extensió de la llengua.
El dnv també dona entrada a la forma en singular i afig una nota sobre l’ús habitual en plural (tal com fa el Petit diccionari 62 de la llengua catalana de Lluís López del Castillo, 2010):
badomia
[usat generalment en plural]f. Despropòsit, idea desbaratada.
Com a exemple d’ús oral modern, hem pogut sentir la paraula en una intervenció parlamentària del diputat Lluís Torró Gil (del gp Compromís, ds 7/vii, 15.04.2008):
Perquè jo crec que, quan estem parlant d’un problema de vint-i-un anys —com a poc—, evidentment tots han tingut alguna quota de responsabilitat i també, jo crec que no estic dient ninguna badomia, crec que aquells que han estat més temps governant, lògicament, tindran una quota de responsabilitat molt superior respecte als altres.
Hi ha una nota interessant de Pedro Álvarez de Miranda («Cela y el léxico español», dins La colmena de Camilo José Cela, edició commemorativa de la rae i l’asale, 2016), relacionada amb el pas d’esta paraula valenciana al castellà:
La palabra gazafatón es de suyo bastante rara, pero la que quiero examinar, porque está hecho el artículo correspondiente del Diccionario histórico, es badomía, que, más que rara, puede decirse que, prácticamente, no existe en español. Cela, sin duda, vio la palabra en el diccionario de la Academia, donde estaba, y está, con la marca de «poco usada» y la definición ‘despropósito, disparate’. Remontándonos aguas atrás encontramos que fue la edición de 1803 la primera en recogerla. Y gracias al Diccionario histórico sabemos que esa inclusión obedeció a la existencia de una cédula guardada en los ficheros de la Academia en la que se habían copiado un par de textos de cierto libro de principios del xvi extremadamente raro. Tanto, que cuando se redactó ese artículo del Diccionario histórico no se pudieron cotejar las citas, pues no existía ningún ejemplar en las bibliotecas españolas. Los textos, en consecuencia, se citaron basándose en aquella antigua papeleta. Y decían así:
Porque en el Alcorán se fallan tantas contralidades, y tantas hystorias trastocadas, y tantas falsías, y tantas badomías.
¿Pues qué te parece, moro, desta badomía tant grande?
Pues bien, disponemos hoy de una cuidada edición moderna del libro en cuestión, titulado Confusión o confutación de la secta mahomética y del Alcorán, obra de cierto Juan Andrés nacido en Játiva que pasó de ser alfaquí a convertirse al cristianismo y hacerse sacerdote. Esta refutación de su antigua fe vio la luz en Valencia en 1515 y se conservan de ella, en efecto, tres ejemplares, uno en la British Library, otro en la Biblioteca del Congreso de Washington y otro más en la Biblioteca Civica de Brescia. En la edición moderna he podido cotejar, por fin, las dos citas, que eran perfectamente correctas, y hasta encontrar otras dos en la misma obra.
Estamos ante un catalanismo muy ocasional; de hecho, más bien, ante una palabra catalano-valenciana, badomia, inserta en un contexto castellano. Recuérdese que el autor de ese rarísimo libro, que Cela de ningún modo pudo conocer, era de Játiva. Para la palabra catalana badomia remito al Diccionari català-valencià-balear de Alcover y Moll, que la trae, y a la información que ofrece Corominas. Pero donde Cela la vio fue sin duda en el diccionario de la Academia, en el que la voz nunca debería haber entrado, pues, insisto, no es castellana. Hubiera sido preferible que los académicos de 1803, desestimando aquellos pasajes, no registraran la palabra, pues las consecuencias de su celo vinieron a ser perturbadoras, al recogerla como si fuera corriente en español. Así, hasta que Cela tropezó con ella en el diccionario.
A pesar de la indicació de Camilo José Cela Conde sobre el fet que l’obra valenciana (editada al 1515) origina la introducció de la paraula en castellà, podem localitzar més documentació sobre la paraula badomía en el castellà editat aquell segle —i posteriorment—, com ara en Primera parte de las differencias de libros que ay en el vniuerso d’Alejo Vanegas (editat en 1540, 1572 i 1583, però sembla que escrit abans del 1539), on també localitzem la paraula:
[Transcripció de l’edició de 1583] Mas como digo, pues ningún creyente estriba en razón humana: para convencer al gentil de su falsa idolatría: y al moro de la Badomía de su secta: y al judío de la pertinancia de ceguedad […].